Sacramentos
Los sacramentos de la Iglesia se distinguen en sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía); sacramentos de la curación (Penitencia y Unción de los enfermos); y sacramentos al servicio de la comunión y de la misión (Orden y Matrimonio). La Iniciación cristiana se realiza mediante los sacramentos que ponen los fundamentos de la vida cristiana: los fieles, renacidos en el Bautismo, se fortalecen con la Confirmación, y son alimentados en la Eucaristía. A continuación, presentamos los requisitos para recibir los sacramentos de la iniciación cristiana, y el sacramento del matrimonio.
Bautismo
El bautismo nos limpia del pecado original, nos brinda la fe y la vida divina (la sobrenatural), y nos hace hijos de Dios. La Santísima Trinidad toma posesión del alma y comienza a santificarnos.
Según el plan de amor del Señor, el bautismo es el primer paso para la salvación. Es el sacramento por él que renacemos a la vida divina y somos hechos hijos de Dios. Es el primero de los sacramentos porque es la puerta que abre el acceso a los demás sacramentos, y sin él no se puede recibir ningún otro.
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